El papel del sentimiento II

Tengo un sueño

Me gusta soñar despierto, me gusta creer que el mundo esta lleno de gente buena, me gusta creer en los buenos sentimientos, me gusta creer que todos podemos ser amigos, que todos podemos ser sinceros, que todos podemos ser valientes, me gusta creer en la bondad humana. 

Tengo un sueño donde todo el mundo pueda tener la facilidad de escucharse entre si, donde no hayan barreras ni fronteras, donde hablemos un mismo idioma, y ese idioma sea el amor. Por que esa palabra es grande y complicada, es muy compleja para nuestra mente, para nuestra sociedad, pero nunca lo será para nuestros corazones.

Yo soy de las personas más optimistas que yo mismo conozco, de los que cree que la gente es buena, es respetuosa, y es sincera. Pero ese tipo de personas solo son parte de mis sueños, de esos increíbles sueños que tengo, en los que muchas veces vivo, y de los cuales tengo que despertar.

Desde pequeño comencé a creer mucho en la humanidad, en la sonrisa de la gente, en verme en sus ojos, para poder saber que querían., para saber de que eran capaces, y cuales eran sus sueños. Crecí y deje de hacerlo, ya que en este mundo tan superficial y falso había escondido a aquel niño, pequeño, sensible y astuto, por un ser calculador, frío y con ojos físicos y no del alma.

Ahora se que es muy complicado llegar a conocer a alguien realmente si ese alguien no te lo permite, si se niega a ser conocida, a ser escucha y comprendida. No podemos obligar a nadie a se abra a ser conocido,  sino se conoce a si misma primero, y segundo tiene que haber confianza entre quien conoce y quien quiere conocer.

Se que lo que quiero en la vida es un sueño, se que soy un soñador, pero desde pequeño aprendí a que es mejor soñar despierto, que vivir en la realidad de las injusticias y los daños que hacen feliz a la gente, la misma gente que debería estar soñando. 

El camino al cielo, lo determina cada uno de tus actos